viernes, 26 de marzo de 2010

308

Rodé por escaleras interminables,
bañado en distintos tonos de burdeo,
para encontrarme con puertas
que nunca jamás se abrirían.

Puertas fabricadas por albañiles malintencionados,
que simplemente disfrutan
decir
No.


Mientras la policía echa raíces en las plazas,

siempre ai unos que no saben los que pasa,
por no querer saber, o por saber una mentira.

Algunos otros saben, y a las calles ya no salen ,
se encierran en sus piezas y se cuelgan de las cortinas
tocando guitarras de 3 cuerdas,
o llenando papeles con acuarela
hidratada en lagrimas.